Por
un lado expulsan a un empresario en Alimentaria en la Feria
de Barcelona por hacer publicidad de sus productos sin tener
stand propio en la feria. El motivo de expulsión, o sea el soporte
publicitario, una camiseta con los colores de la enseña aragonesa,
con el escudo de la comunidad y la leyenda “Catar jamón de
Teruel”, evidentemente similar a la del Barça de Qatar
airlines.
La
dirección del recinto ferial asegura no haber más motivación que
la arriba expuesta, esto es, el incumplimiento de una normativa. Sin
embargo se percibe un tufillo en el aire de ofensa a
sensibilidad patriótica herida. Por supuesto que hay por parte del
empresario Turolense una intencionalidad, pero más de
aprovechamiento o de aquello que los juristas llaman animus
iocandi, al elegir el diseño y la leyenda de la camiseta, que de
ofensa. Al fin y al cabo no se trataría más que de la camiseta de
un club de fútbol, pero ya sabemos las implicaciones políticas que
tiene el club, que es más que un club …
Por
otro, al representante de España en Eurovisión, Alfred,
no se le ocurre otra cosa que regalar a Amaia, su pareja y
compañera de reparto en el montaje con soporte musical, un libro
titulado “España de mierda”
el día de Sant Jordi. Naturalmente
ha tenido que salir a dar explicaciones en el sentido de estar
totalmente volcado en representar a España y que el libro no
contiene en sus páginas lo que el título haría presagiar. Sin
embargo seguimos percibiendo ese tufillo,
en este caso no de sensibilidad ofendida sino lo contrario.
Si,
ya hace mucho tiempo que está todo viciado; un club de fútbol es
más que un club, es parte de ese estado imaginario, imaginado por
mentes que no supieron y no saben mirar mas allá de sus sueños y
fantasías; alguien escribe un libro y no se le ocurre otro título
mas que el que denigra a su Patria para que alguien que está en la
mirada de la opinión pública lo regale abonando así
el clima de crispación y
enfrentamiento.
Sin
embargo todo esto no deja de ser anecdótico. Lo sustancial del tema
no está en Alimentaria,
en Alfred
y Amaia
o en Albert Pla,
está en la construcción de este mundo global nominalmente laico, en
realidad antiteo, en que todo vale menos la proclamación de la
Verdad.
Por
nuestra parte procuraremos seguir degustando buenos jamones de Teruel
en cualquier momento y si es para celebrar el triunfo en Eurovisión,
aunque no lo hayamos seguido nunca ni lo vayamos a seguir, mejor.
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